Natural
La última sesión estuvo marcada por lo
natural. A través de la naturalidad del cuerpo, de las sensaciones, de todo el
entorno que nos rodea y la naturaleza. Sin que éste fuera el concepto destinado
a trabajar en la clase, ni algo conversado previamente. No existió una
predisposición ni una estructura. Coincidentemente, y de manera fluida y
espontánea, todos concluimos en que el concepto trabajado fue “lo natural”.
Todos apuntamos a la misma idea y sentido.
Se
distinguieron en la sesión además, dos
grandes momentos.
El primero de ellos tuvo relación
principalmente con la ejecución de la expresión corporal, el movimiento y
control de la respiración. Se generaron instancias en que logré percibirme de
manera individual, tomé conciencia de mi situación corporal: mi postura, las
tensiones musculares, mi elongación. Fue una de esas pausas necesarias para
escuchar al cuerpo y atinar y hacer algo al respecto.
En
el mismo trabajo de movimiento, hubo instancias para compartir con mis
compañeros. Tocarnos, sentirnos mediante actividades más lúdicas pero también
mediante otras que involucraban una coordinación y conexión mas profunda. Rozar
las caderas, espaldas, hombros, manos, sentir la corporalidad y temperatura de
otro. Percibir texturas y olores. La relación con el otro se vuelve sincera y concreta.
Se produce un ambiente cálido y real, que fortalece la confianza y establece un
vínculo entre unos y otros. Al final de este tipo de momentos en los que nos
relajamos y disfrutamos, siempre quedo con una rica sensación de cercanía, los
lazos se estrechan entre mis compañeros y yo, siento que los conozco un poco
más.
La segunda parte de la sesión tuvo cuatro
momentos encargados a distintos grupos. Un grupo hizo una presentación con
maquillaje en las manos vinculada a la naturaleza, otro a través de la
corporalidad, telas y pañuelos de colores expresaron el concepto de timidez y
el tercer grupo actuó un cuento. Con mi grupo, les regalamos la reflexión y
relajación final al resto de mis compañeros. La relajación de mi grupo la
realizamos en base a un concepto:“entregar” y en este caso, quisimos
regalarles, entregarles a todos nuestros compañeros un momento de tranquilidad
y encuentro con ellos mismos. Decidimos utilizar diversos instrumentos que nos
ayudaran a componer una melodía simple pero exquisita y tranquila para generar
un ambiente de calma. Usamos maracas, papeles que crujían, un triángulo,
botellas plásticas vacías que sonaban como una zampoña, entre otros más.
Ideamos la forma en que éstos sonaran armónicamente. Cada uno de nuestros
compañeros se recostó en el suelo con los ojos cerrados y escucharon por diez
minutos nuestros sonidos. Lo gratificante fue que al final de la relajación,
nuestros compañeros expresaron la idea de haberse sentido, tranquilos, relajados,
en un espacio natural, algo que se asemejaba a un bosque. Las botellas se
convirtieron en viento, el movimiento del papel en hojas y así…Algunos
recordaron momentos especiales de su vida, otros se trasladaron a lugares.
Saber que el objetivo se cumplió a cabalidad y que el ambiente formado fue tan
agradable para el resto que a algunos los tranquilizó y a otros incluso los
conmovió es maravilloso, y que finalmente todos lo agradecieron como lo que
era: un regalo.
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